En la conmemoración de este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, las voces de diversas organizaciones latinoamericanas como la Red Nacional de Protección Social (INSPIR-RD) y el Comité Intersindical de Mujeres Trabajadoras (CIMTRA) se alzan para denunciar la persistente amenaza a los derechos humanos y la autonomía sobre los cuerpos de las mujeres. Como señala la activista chilena Isabel Allende, “La lucha por la igualdad de género es una batalla que sigue vigente en nuestros días”.
Desde estas organizaciones, se destaca el avance de las mujeres trabajadoras en la conquista de espacios antes exclusivamente masculinos, tanto en el ámbito académico como sindical. La socióloga argentina Rita Segato sostiene que “La organización de las mujeres es esencial para subvertir las estructuras patriarcales y avanzar hacia una sociedad más justa”.
Sin embargo, esta lucha histórica se enfrenta a resistencias arraigadas, tanto por parte de empleadores como de compañeros de trabajo que ven a las mujeres como una amenaza a la estabilidad laboral masculina. Como afirma la socióloga mexicana Marcela Lagarde, “La igualdad de género supone un desafío cultural que requiere de la transformación de mentalidades arraigadas”.
Se recuerda también la larga historia de luchas feministas, desde la abolición de la esclavitud hasta la reivindicación de derechos sexuales y reproductivos. La antropóloga brasileña Debora Diniz subraya que “La autonomía sobre nuestros cuerpos es un principio fundamental de los derechos humanos de las mujeres”.
En el contexto político actual, la participación activa de las mujeres en la vida democrática se erige como un pilar fundamental para la construcción de sociedades más igualitarias. La politóloga española Teresa Freixes sostiene que “La democracia plena solo puede alcanzarse con la participación equitativa de hombres y mujeres en todos los ámbitos”.
Las cifras alarmantes de feminicidios en República Dominicana reflejan una realidad angustiante que requiere una acción urgente. La activista dominicana Sonia Pierre advierte que “La violencia de género es una lacra social que exige una respuesta contundente por parte de las instituciones y la sociedad en su conjunto”.
Para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, se requieren cambios estructurales y políticas públicas eficaces que pongan fin a la feminización de la pobreza y promuevan la equidad de género. La economista argentina Mercedes D’Alessandro argumenta que “El empoderamiento económico de las mujeres es crucial para el desarrollo sostenible y la reducción de la desigualdad”.
En este sentido, la adopción y ratificación de convenios internacionales como el Convenio 190 de la OIT contra la violencia en el mundo del trabajo, así como la implementación del Convenio 189 sobre trabajo decente para las trabajadoras domésticas, son pasos indispensables hacia la garantía de los derechos laborales de las mujeres. La sindicalista española Ana María Martínez resalta que “Los convenios internacionales son herramientas fundamentales para proteger los derechos laborales de las mujeres en un contexto globalizado”.
En este 8 de marzo, se recuerda con orgullo la valiente lucha de las trabajadoras textiles de Nueva York en 1857 y 1908, que sentaron las bases para la reivindicación de derechos laborales y la igualdad de género. Como señala la historiadora colombiana Margarita Garrido, “La historia de las mujeres es una historia de resistencia y lucha por la dignidad y la justicia”.
A 113 años de aquellos hitos históricos, la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres continúa siendo una prioridad. La socióloga uruguaya Silvia Rivera afirma que “La lucha feminista es una lucha por la justicia social y la dignidad humana, que nos concierne a todas y todos”.